Infancia en Emergencia


INFANCIA EN EMERGENCIA

Antonio Concha


Declaración



Vengo del centro funesto del orbe
junto a la orilla de la falsa igualdad. 

Vengo del lugar de muchos nombres
porque allí nacieron mis padres
y ellos a su vez, lo mismo que yo. 

Vengo de las calles sin salidas  
de casas chicas y perros grandes.

Custodiadas por falsos guardianes
de las libertades a medias. 

Vengo desde el lugar
donde crecen los niños gatos
en los techos y sin domesticar.

Donde las murallas de tablas oblicuas
separan las almas en cubículos.

Soy un libre pensador
que no se detiene a pensar,
sino que piensa y se equivoca
avanzando.


Que a cada paso tiene menos miedo

y que a cada paso tiene menos pelo
al que le duelen las rodillas
y  se le asoman tres arrugas en el cuello.


                       ***

Negué mi origen varias veces,
algunos entenderán otro no. 

Negué mis luchas otras veces,
algunos entenderán otro no. 

Trapeé con mis filosofías y mis egos
durante algún tiempo. 

Toqué con mi índice el fondo
de la profunda estupidez
y di la media vuelta
y creo que lo haré
alguna otra vez.           

Vengo desde la tierra-barro,
el empedrado y el cemento. 
desde la piedra, el fusil y la idea. 

Vengo a estar a tu lado.
Poesía.  



Ojos Negros



Ojos negros cara sucia
rebota el sol en las hojas,
en la mañana de tus risas
en la alba de tu inocencia.

Se despierta el brillo y la llama
en tus pequeñas manos,
y cantas tus juegos buenos
de rayos mágicos sin miedos.

Respira el dolor de tus padres,

tus hermanos y tus abuelos.
Ríes con tus ojos negros
melodías y cantos llenos.  

Despierta y revienta la cuerda
que ata tus palabras
y gritas tus amores plenos
abraza a tu amigos buenos.

Respira y  grita niño gato
que es tu grito el de amor,
grita que te escucho
y te escribo sin dolor,
arrimado al árbol
y a la sombra
te escribo el sol.

Saca tu voz
que la infancia es mañana
que las estrellas flores
serán más tarde.

Que la vida es adelante
y que es tiempo de luz
y tiempo de tu voz
en las calles.

Mira el destello,
de la vela de tus ojos,
tus ojos negros
en la luz del amanecer.

Tu madre vive
en tu cara y en tus ojos,
en la infancia de tu ser.




Cirios y Palomas




Ahí en medio del enredo,
entramado de rejas y cables
de peleas de perros callejeros  
de camiones de frutas frescas
de pregón y sermón de tarde,
ahí está mi recuerdo.

Cuantas palomas volaron al disparo
entre las mezclas de olores extraños
entre sonrisas, bailes y llantos
volaron tras el cielo naranjo
de verano y pavimento mojado.

Cuantos niños lloraron a sus padres
abrazados entre las piernas de sus madres
entre las lágrimas de sus abuelos
lloraron por la soledad desconocida
de inviernos húmedos y fríos vientos.

Cuántas vidas rompieron el camino
vendiendo la muerte y la ruina oscura
entre balas y sangre roja seca
rompieron sus nombres, sus alientos
por algo más que el alimento.

En medio mi recuerdo, enredado
entre cruces y túnicas pálidas
campanadas de cánticos tristes
esperanzas de nuevos tiempos
pequeñas llamas en cirios blancos.
 
Cuantas lágrimas se perdieron
entre las hojas y el aroma de las flores
de un amigo o de un viejo hermano
perdidas ahora, ya en el tiempo
recordadas hoy y  antaño.

Cuantos cantos liberaron la luz
a los ojos rojos y la doliente cruz
en el altar,  la eucaristía viva
liberó la esperanza eterna, mía
y al alma de niño despierto de ese día.

Cuantos se alejaron luego
incapaces de poner la mejilla
y doblar otra vez la rodilla
acorralados por la rabia
engañados por la verdad.

Vivo el  recuerdo del sabor
del pan y el vino
de la fruta, el sonido
del disparo y mis amigos.
Recuerdo la silueta

de la paloma gris en el cable
de la cruz y el cielo en tarde
del agua y el pavimento azul.

Recuerdo
 y la voz se ahoga en llanto
se ahoga también en canto.
Ahora brilla más la luz.






Niño Gato




Se escuchan gatos en el techo corriendo
cazando volantines entre los pizarreños
dando gritos frágiles de voces cantadas
arrancando del reto de madres apuradas

Entre los ladrillos húmedos de rojos oxidados
los niños libres entierran las filosofías antiguas,
entre las delgadas tablas de sus fríos hogares
buscan la fuerza para revelarse a lo escrito.

Levantan sus cabezas y sus luces brillan
los gatos siguen corriendo en el techo
lo acentúa una bala un grito
que estalla,
deprisa
y su conciencia en la cornisa
de la idea y de la falla.


Retamo 




Flor del retamo                   
en tus pies yace mi perro   

y mis pájaros muertos   
de mi infancia dolida.  

Entre tus ramas está mi risa
y en tu tronco los juegos
y mi canto de una misa
de mi niñez dormida.

En la tierra están mis huellas 
de mis manos pequeñas
y en el cielo el fuego,  
de mi grito y mi mirada.

Que vio un volantín  
hecho niño
agarrada sus ropas  
con mil hilos.

Que voló por los techos grises
que voló minutos felices
y vio la estrella de la tarde
y como el corazón arde
cuando se tiene fe.

Aquí estoy querido árbol
adorno de la virgen  
y sus velos blancos.

Aquí estoy ya viejo
buscando el vuelo
en tu recuerdo.





Infancia de Emergencia





Hay un pedazo de pueblo
que vive en Emergencia
un pueblo de niños gatos
de ojos negros almendrados
 
Que ningún poder
ha lograda domesticar
por que no escucharon
sus gritos en las calles
y no sintieron
la humedad de sus lágrimas
porque no gritan
porque no lloran.


Algún día creyeron
tener la esperanza,
y se la arrebataron
sino con mentiras
sino con sangre
sino con balas
sino con nada
omitiéndolo  todo
silenciándolo todo.

Es urgente
hace 60 años que lo es
hay una infancia en emergencia
sus amigos son los perros
y florecen en las cunetas viejas


Aunque zumben balas
crecen y florecen
entre las grietas de los ladrillos
entre guanacos y tanquetas
entre Santa Rosa y la feria 


Es urgente
hace 60 años que lo es
y se lo repito yo a usted
hay una infancia en emergencia
que no se me olvida
que todavía es.




Recuerdo en Papel Mantequilla




Copiaba Latinoamérica
en papel mantequilla
mientras en el entretecho
peleaban los ratones
en la casa de la emergencia.
 
Mi padre y yo
corriendo hacia la esquina
en Catalina
el me dejaba ganar
yo lo sabía.


Amigos en zapatos ajenos
para  la pichanga del domingo
en Venecia y la risa.
 

Recuerdo ,
los perros de la infancia
las calles empedradas
las costras en las rodillas
las trampas
a los que se colgaban de los camiones
a las tardes del verano seco
al molino de viento
y al diablo adentro
a un volantín
que atrape en el callejón
a una llamada de mi madre
porque ya se escondió el sol.




¿Existe la magia?




Existe,
tras de tus ojos almendrados
que heredaste de tu madre
allá donde está el alma fuerte
que crece lleno de esperanza
de un mundo nuevo.

Allá existe la magia hijo,
la magia de tu pregunta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...