lunes, 13 de junio de 2011

Montaña y Luz

Montaña luz y tierra estrella
de sabiduría colmada amada
de rincones oscuros secretos,
del viento, susurro y llamada .

Olvido tu nombre tenue sol
la sombra esconde lo negro
mella mi pierna el escalón
y la colina mira el reto

Montaña desierta de rencor
frondosa de fuerza y frío,
mi corazón late en la sien
y mi piel se transforma en río.

Nieve eterna amargo sabor
tú no entiendes del dolor
ni conoces del mal amor
yo si entiendo tu misión.

Cima y  mi pregunta ahora
bajo la nube de la duda que llora.
¿Porqué sigo, resisto y respiro?
tu  respuesta es mi fusil
y me rebelo a morir
sin vivir.



miércoles, 1 de junio de 2011

Desde el Otoño

El incesante barrer de hojas del jardinero en otoño, me hace recordar el pisar de hojas en el bosque de eucaliptos, donde jugábamos a construir refugios, cazábamos pequeñas ranas en el estero y mirábamos con algo de temor los hongos gigantes que crecían a la orilla en las paredes húmedas de aquel mágico lugar.
El sigue barriendo, mientras el viento suave y no muy amigo, sigue botando interminables hojas cafés, amarillas, anaranjadas y rojas.  El tiene un par de audífonos, la música o lo que escucha parece tenerlo inconsciente de la existencia del viento que hace llover hojas.  Quizás tenga la esperanza que el viento pare o la verdad le importa poco, mientras sigue con su mecánico e infinito movimiento.  Su traje azul con franjas verdes reflectantes y su pelo cano,  rompen el paisaje de su barrer inútil.  Tiene un montón de hojas secas que le llega casi a la cintura, su herramienta de barrer no para de moverse y noto que ya no es tan mecánico su barrer, es más bien rítmico, distingo a penas sus labios y su bigote blanco se mueven como en una canción.  El tiempo se detiene, el viento también, ella llega y yo paro de escribir en mi libreta, él nunca sabrá lo que escribí.  
      



Llamada a la Inspiración

Lento crece el musgo en el frio oscuro
mientras el gato me mira con cinismo,
 guardo una hoja roja,  en el quinto libro
de un recuerdo negro  tras el muro.

Miro al cielo de otoño blanco y negro
y la letras se despojan de aperos viejos
me nace una palabra bajo la sombra nueva
sin temor a mirarme al espejo roto.

Me nace un sonido y rabota en el ladrillo
la música es suave con el viento de amigo
mientras  sueño con la piedad de un beso
escribo cuatro versos sin más sentido.

Escribo para que escribas en mi sien
versos para que rimen sin olvido
y que el eco del sentido mujer
traiga e inspire el destino vivo.



Beso de Perdón

Toqué el sentido y tu sentir
tu pensar de tiempo esquivo

sumado a lo incomprendido
y lo no dicho.

Luego,
besé tu palabra y tu reproche
toque tu mano
y las estrellas muertas,
desaparecieron en besos de apuros.

Besé tu silencio y tu gemido
toqué tu risa y tragué tus lágrimas
bebí del deseo amor
escondido y clandestino
chasquido de luz y sueño
del beso en tu cuello
que confunde a la palabra
y el pensamiento muere
fallece
a un costado del sentir,
vivo amando.

Diente de Leon. Parque Isabel Riquelme
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