lunes, 26 de diciembre de 2011

El Carro en el Tunel (Recuperado)

Se apagó la luz rápido en medio del túnel, el tren freno rápido pero sin brusquedad, mientras se detenía se prendían parpadeantes y tenues las luces de emergencia.   Los frenos se quejaron por última vez con un sonido agudo, que rebotaba en el túnel.  Cuando finalmente el carro se detuvo, se sintió un murmullo generalizado, que solo denotaba inconformismo y una preocupación entre dientes, solo gente que iba acompañado comentó con más confianza, pero de todas formas eran contadas las palabras completas que se podían escuchar.
La soledad de toda esa gente apretada, buscaba un comentario en el otro que a su vez espera al otro, que dijera algo.  Las personas miraban hacia afuera, pero el reflejo impedía el horizonte, rebotando en contactos visuales con los otros, los cuales, no estaban seguros si los miraban, de todas formas si alguno de ellos, unos u otros sospechaban de un contacto visual, giraban su vista buscando un espacio vacío de ojos, un espacio solo y así poder volver a su soledad de aglomerado, prefieren la publicidad del carro, el cielo, el túnel o mejor aun el piso y sus zapatos.
Una muchacha de ojos claros, soplaba su pelo como para enfriar sus nervios, secaba el sudor de sus manos en los pantalones, para luego apretar fuerte un par de libros grandes contra su pecho.  Una señora con cuatro bolsas plásticas, llena de paquetes abultados, jugaba con sus collares plásticos y se movía tensa y cíclicamente molestando a un escolar que ponía caras de asco y miraba por la ventana hacia el reflejo o la nada, cansado y con cara triste.  Entre los hombros y los cabellos, un hombre secaba sus transpiradas sienes, acomodaba  una y otra vez el cuello de su camisa y el nudo de su corbata violeta, sin atreverse a sacarla de una vez y a ponerla en su bolsillo. Fueron los únicos que me miraron por menos de un  segundo. El calor se hizo más intenso, no funcionaba el aire acondicionado o si funcionaba estaba sobrepasado de gente, las pequeñas ventanas redondas solo se podían abrir un poco, me imagino que por seguridad.   
En el silencio del murmullo, se escucha un pitido agudo, que rebotó en el túnel. Una voz suave y seca transmitió por los viejos carros del tren– “Estimados pasajeros: la detención inesperada se debió a un corte general de la energía eléctrica en las líneas, estamos restableciendo la energía, para continuar cuanto antes con el viaje”  - otro pitido cerró el mecánico monólogo.  Otras dos o tres palabras se escucharon entre los dientes de los murmuradores pasajeros. Todos volvieron a sus pequeñas rutinas, que ya habían establecido en el ínfimo  lugar.  El calor se hacía más intenso y la muchacha de ojos claros, ahora respiraba con dificultad, mientras seguía soplando su pelo que le cubría un poco sus ojos.
 Pasaron dos minutos que es mucho tiempo, en este cuadro.  Uno joven subió la música de su reproductor, y el sonido salió más allá de sus oídos, mientras golpeaba el pasamano con las yemas de sus dedos y con la otra mano golpeaba su muslo, en un ritmo frenético y a destiempo, cerraba los ojos y movía su cabeza, el nos hacía desaparecer a todos. 
El pasamano del centro del carro, estaba lleno de manos que evitaban tocarse entre ellas, manos sudorosas de señoras acaloradas,  manos de hombres sin anillos, ni reloj, llena de pequeñas cicatrices oscuras, manos de escolares con pulseras de cueros, hilos, nudos y nombres.  
Un sonido de motor se encendió, otro murmullo más comprimido contra los dientes,  el aire acondicionado daba un respiro y esperanza de avanzar luego, yo saque mi cuaderno mientras las luces se prendían y subían la luminosidad celeste y crema.  Deje de mirar y sacudí un poco mi mente, pensé en llegar luego a casa y el tren comenzó a andar mientras un suspiro muy suave casi imperceptible se sintió de los pasajeros, tome mi lápiz y mientras escuchaba el aviso de la conductora  - “Próxima estación Baquedano, lugar de combinación con Línea 1“ – yo  escribía mientras el carro se metía en la estación.


"A casa

Decenas de pares de ojos oscuros,
glaseados de esperanza de llegar a casa
desfilan repetidos tras las ventanas redondas
de celestes violáceos y luces blancas.
Mi reflejo en el espejo, del túnel oscuro
me recuerda el trabajo pendiente en mi casa
el beso que me espera de entrada
y mi almohada de sueños cocida, descansa."

Santiago, 3 de Marzo 2011


domingo, 18 de diciembre de 2011

Regenerando

Que la vida se genere
en la literatura del muerto, puesto
que se ha ganado
por la vida que ha llevado.

Que se re-genere y se diluya
para que confluya
en la tempera y la acuarela
morada, naranja y amarilla
camino, luz y vida.

Que se entristezca en un azul y negro
que lo mire también Pedro
que no tenga miedo al miedo
que no tenga miedo a la nada
que no tenga miedo al todo.

Que destruya y se construya
que prevalezca la altura
y la profundidad de este modo,
para llegar desde los extremos
al centro, a la médula.

Es el mismo yo y yo nuevamente
El que se re-construye
egocéntrico y eco céntrico
libre y encerrado en sí
destruido y decadente en mi,
vivo y estridente en ti.

Yo y mis
miradas y palabras tiradas al papel
como manchas fugaces
esparcidas en un caos ordenado.

Que vuelan en mis dedos, mi cabeza
y mi camisa que se mancha
y el pincel que se humedece
de agua y letras muertas
de historias y destrucción, construida
por la ignorancia más bella,
infantil e inocente
de creer que esto es importante.





viernes, 9 de diciembre de 2011

Niño Gato.

En el techo se escucha el gato que arranca
y que jugaba con tanques el otro día,
que recuerda degollado al que pensó distinto,
que recuerda la cicatriz que desapareció a la familia.

Entre los ladrillos húmedos de rojos oxidados
los niños libres entierran las filosofías antiguas,
entre las delgadas tablas de sus fríos hogares
buscan la fuerza para rebelarse a lo escrito.

Levantan su cabezas y sus luces brillan
el gato sigue corriendo en el techo
lo acentúa una bala,
que estalla,
deprisa
y su conciencia en la cornisa
de la idea y de la falla.
 Junio 2011


Farolito.Pasaje Santa Filomena (Independencia-Santiago 17.12.2011)

Pintor de Caminos

Esculpe el camino
con el cincel de la memoria
y va tallando el sendero
con el cuchillo y la verdad

Pinta el futuro
con pinceles vivos,
muestra el color
de la vida en hojas.

Recorre el camino,
pintando el destino vivo.


Tras

Tras la piedra vacía y fría
de una lucha clínica y eterna
necesaria para dormir y respirar
necesaria para buscar el lugar ,
el preciso lugar
ansiado y utópico,
distante y al final interno.

Tras el corazón enrejado
y el grito negro acallado  
tras la prisa y la demora
de una justicia, mísera justicia
que no llega
ciega e inerte
inocente y loca.

Tras de ti y la pintura
tras la  rama arrancada
y arrojada a la suerte
de una nube en barricada
débil e impotente
fuerte y contradictoria.

Allá atrás están mis ojos negros
rojos de humos grises,
húmedos y gastados
tristes y furiosos.
Acompañando siempre
al latido, al latido
desordenado de un corazón
que vive y espera.


Renuncia

Buenos días. Quisiera hablar un minutito con usted. ¿Se Puede? Bueno en realidad tiene que ser ahora. No, no puedo esperar. Mira, yo les he dado cinco años a ustedes y tú no puedes darme cinco minutos. Bueno porque me aburrí de tratarlo de usted. También me aburrí de sus abusos, groseros y su trato ordinario.  Ya no se trata de plata, ni de mejores condiciones ¡Se trata de usted! ¡Pero déjeme hablar a mí! No le voy a aguantar otro maltrato. ¡Ni uno más! Ves lo que te digo.  Es desagradable tratar contigo y tenerte como jefe. ¡Renuncio! Huevón.        
Taza en la muralla. Av.La Paz (Recoleta Santiago) 17.12.2011

sábado, 3 de diciembre de 2011

La Fiesta



“…¡ay cuerpo, quien fuera eternamente cuerpo!,…”
Gonzalo Rojas

En la fiesta, lúcido y sobrio, veía  una cabeza ocupada de florero, decorada con ribetes dorados, puesta al centro de una mesa, llena de aceitunas, quesos, caviar y cuanta otra cosa ensartadas en palitos.  Sobre un mantel blanco, limpio, pulcro, sin ninguna mancha y otro negro, manchado de pinturas rojas, adornado con flores funestas, da lo mismo la verdad. Era una cabeza cortada por el cuello, sin cuerpo aparente.  Una cabeza cortada, pero que no sangra, pálida, de canas, arrugas y lentes de carmín. Con la lengua afuera, cansada de tanto hablar, de tanto de decir. Una cabeza llena de pajaritos, mariposas y egos muertos.  Su lengua morada saliva y mancha los platos y las cucharas. Sus ojos están caído entreabiertos  como queriendo mirar más, pero los pájaros que lo inundan le nublan su vista por dentro.  Parece esperar algo la cabeza, parece  esperar que la miren, parece que le gusta que la miren.  El pelo cano cae entre los quesitos y las salsas de colores.
 Los demás en la fiesta comen quesitos, aceitunitas, sonríen, se miran obscenamente los unos y los otros, que no sangran, que no ven.  Se miran se tocan las manos, se felicitan, se idolatran los unos a los otros y a la cabeza también. A cada rato la miran, hacen como que no la ven, sonríen, sacan un queso con saliva de la lengua muerta, comen un canapé con un pelo cano y siguen sonriendo, y se miran obscenamente.
Algunos siguen ocupando su cuerpo para que su cabeza se desplace, para que su cabeza se llene con un lenguaje corporal pedante, altanero, con estilos diversos, pero siempre altos, con ropas distintas, pero iguales.  Con la voz ajustada para la ocasión, buscando palabras en su memoria diccionaria.  Algunos callan. La mayoría calla porque en realidad no dicen nada.   
A ratos el mundo de la literatura o más bien el de la intelectualidad sublimada, a lo máximo a casi lo único, aburre.  Aburre en lo profundo.  Así que sobrio y lúcido trato de ver las cosas de otra forma más entretenida, no pretendo justificar la burla y mofas. Veo a ese hombre así y al resto como lo describo.  Solo una entre ellos, se ve distinta, se ve clara, yo la miro obscenamente, ella me mira creo que de la misma forma, me acerco a una aceituna y la cabeza de florero se levanta tosco, tenía algo de cuerpo ahora, se podía adivinar que no lo ocupaba hace mucho. Saco la aceituna tomándola del palito, tomo un poco de champaña amargo, mientras miro a ella, la distinta. Ella me ve. Ahora ella sabe que la veo. Ella se esconde, se pierde tras una cortina. Tomo otro trago de champaña, preferiría un poco de vino pienso.


 
Ahora la cabeza se dirige a dar su discurso de lengua muerta, yo la seguiré a ella la distinta. 


Diciembre 2011

Recoveco. Psje. Sta. Filomena (Independencia Santiago)  17.12.2011

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Tarde



30 de Noviembre del 2011

¿Por qué me miras así? Así pues. Pero si tú sabes cómo. ¿Crees que soy de fierro? Estas tan linda, más encima te pones eso.  Eres mala conmigo, yo aquí escribiendo y tu tan linda. Paro de escribir y te ahogo a besos. Espérame no más.  Oye no te arranques.
Ya. Otra vez esa mirada. ¿Qué quiere? Ven, dame un beso. No te vayas.
Para de pasearte con eso puesto por favor. No me mires así.  O bueno si me miras así, después aguanta no más.

***

-          De que te ríes. Me miras y te ríes. Que estas escribiendo. Ya pues déjame ver.- dice ella.

***

Si le muestro este escrito se acaba, si no se lo muestro no se entera nunca y quiero que se entere para que se sonría y me dé un beso y calme mi día.  Es como un regalo.  Ahora me está mirando y sé que está intrigada con lo que escribo.  La miro y se sonríe nuevamente.

***

Le mostré hasta el punto anterior, directo en el computador, mientras leía se movían rápidos sus ojos y su sonrisa se dibujaba de a poco.  Terminó. Me dijo que me amaba. Me dio un beso como yo quería.  Mi día comienza a calmarse. Se sonrió. Le pregunté si creía que yo estaba loco. Se sonrió otra vez. Y le dije que escribiría el final de la historia.


domingo, 27 de noviembre de 2011

Manual para Fracasar


     Fracasar hoy en día parece ser muy importante y no sólo hablamos del fracaso económico, (quien piense así debería buscar y leer un manual más avanzado que este) el fracaso puede ser mucho más amplio que eso, incluso en ocasiones puede llegar a ser independiente de este tema.  El siguiente manual está dirigido para aquellos que quieran fracasar en todo lo que se propongan, muchos de ustedes, creerán que nadie puede hacer un manual así, yo como autor de este, tampoco lo creo y creo en lo más interno que fracasaré en el intento.  De todas formas aquí van las instrucciones consideradas por mí, (claro está esto es redundante) para avanzar en esta senda del fracaso.

     Primero, hable y hable todo lo que más desea,  no haga nada de lo que dice, solo hable hasta por los codos.  Hable sobre todo, como si tuviera en sus manos y en su cabeza esa verdad absoluta que todo el mundo necesita.  Si cree que es necesario puede llegar a escribir sus ideas e incluso llegar al nivel de realizar conferencias o participar en foros sobre el fracaso, la inconsecuencia debe ser su arma más potente en todos estos casos, por lo que debe practicarla de manera profusa y hasta profesional.  

     Luego,   lea arto, mucho, muchísimo y acumule conocimientos a montones, hasta que se le confundan, le crezcan ideas propias (por lo tanto lo bastante estúpidas). Dichas ideas, debe intentar  usted siempre imponerlas  en su hablar y como ya había indicado antes, no importa su actuar que puede mantenerse independiente.  No debe olvidar nunca que usted tiene la verdad, por lo tanto los demás estarán equivocados, así que no debe realizar tanto esfuerzo, además tendrá la ventaja, que muy pocos lo intentarán contradecir. Algunos simplemente no dirán nada porque no les interesa, otros porque no tienen tiempo y otros porque no entenderán lo que usted dice.

     Una vez que tenga todo el conocimiento y las ideas propias usted las crea únicas e inéditas, no escuche a nadie, haga como que escucha, pero en la interna consigo mismo (que es lo único importante), no los escuche.  Asienta con la cabeza o solo  sonría cuando intenten complementar sus ideas.
Para finalizar y esto es lo más importante,  olvide su pasado, su discurso debe ser.  Yo solo vivo el momento, el pasado no importa y el futuro que venga lo que venga.  Como usted tendrá la verdad siempre y usted es lo único que importa, le irá bien en esta tarea.  Lo que haya dicho en el pasado, como es parte de este, olvídelo y si llega a recordar, y como ya la inconsecuencia la manejará a su antojo, ahora puede decir todo lo contrario. El pasado no le enseñará nada, esto debe grabárselo como un discurso dentro de sus verdades absolutas.

     Espero de verdad haber ayudado en sus intentos de fracasar, pero tengo que indicar que  este documento no garantiza que siguiéndolo paso a paso, usted valla a ser un fracasado de tomo y lomo, recuerde que el manual es escrito por un fracasado y ya se lo había advertido antes que este no tiene la seguridad de conseguir lo esperado, pero sin dudar le ayudará un sus primero pasos, para lograr lo que muchos ya han logrado.  No prometo un segundo capítulo, ya que como un fracasado dejaré este manual a medias.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Sueño y Poesía

El sueño y la poesía
conversan en una esquina

con palabras locas y redondas
con imágenes tristes y melancólicas.


La poesía habla de su semántica
y el sueño de su esperanza
comparten de dialéctica
y son similares en estética.


La poesía y el sueño
son hermanos
de sangre, de antaño
conversan sobre su madre
la vida
y sobre su padre
la muerte.



lunes, 14 de noviembre de 2011

La Flor y La Muerte


Iba muerto de frío en la micro, los nudillos de mis mano estaban rojos y partidos, el hielo de esa noche era terrible, en  realidad no sabía que pensar, siempre pasa lo mismo, me decía yo. Iba con la cabeza apoyada en la ventana, el ruido era incesante y el constante tiritar de la máquina, ya no me molestaba, de cierta forma estaba tranquilo.  El viaje era largo, en realidad no quedaba muy lejos, pero entre los tacos causados por la construcción de la nueva carretera,  mataba más aún mi tiempo,  que ya estaba bastante muerto sin ocupar. Esa buena sensación de viajar, sobre todo cuando iba de vuelta debe haberme hecho dormir y soñar profundo y sentido.

No puedo relatar el sueño ahora, con tanto detalle, quizás si lo hubiese contado antes podría acercarme más.  Lo que sí quedó marcado de aquel sueño en mi recuerdo, es una flor gigante, mas grande que yo, con unas tallos o ramas largas verdes oscuras y espinosas, carnosas, fibrosas, se movían alcanzando el suelo y en él, los pétalos rojos oscuros marchitos estaban desparramados.  De las ramas en sus extremos, brotaron dedos que recogían los pétalos y los llevaban a la corola de la flor, mientras caían otros pétalos. La flor con una tristeza gótica recogía con dolor, lentamente sus propios pétalos.  Desvié la vista por que me causo una extraña mezcla de pena y lástima, al mirar a otro lado vi grandes rejas negras, forjadas a martillo,  con centenares de figuras redondas y puntiagudas, protegían pasillos sin fin e interminables y alocadas escaleras. Un par de casas que parecían solo tener ventanas, de techos altos, azules, oscuras todas daban sombras que se movían incesantes. En frente, un portal que al principio no había visto, pero ahora era imponente casi del porte de la flor, parecía protegerla con sus fierros retorcidos y afilados. Mientras la flor proseguía con su inútil tarea.



Sumergido en mi profundo sueño, de pronto me toca el hombro un auxiliar del autobús, ya habíamos llegado al terminal, levanté la cabeza miré afuera y habíamos llegado a la pérgola en Av. La Paz, las flores de nuevo pensé.  Tenía un extraño sabor de boca y tenia sed, bajé del autobús tranquilo y casi durmiendo todavía. Una señora muy mayor y casi a la bajada me ofrece flores rojas oscuras como las de mi sueño, dije no sin decir gracias.  Mi sueño se repetía y pensé en anotar, al menos un par de cosas como reseñas.  Todavía busco explicación de ese sueño, pero siempre termino pensando que la locura de fin de época no se sana, esto de la revolución de los constructores no me deja tranquilo, siempre soñare con las escaleras de la ciudad nueva y que esa flor al final morirá, espero de verdad que esa flor engañosa que deslumbró algún día a la nación con su belleza, esa flor caiga se marchite y esos pasillos se habrán y podamos subir esas interminables escaleras alcanzando lo anhelado.  Esa marchita y desesperada, desilusionada y embustera flor que sin duda representa lo falso caerá, se pudrirá y hasta su olor a podredumbre no se recordará, ni su materia servirá de abono, ni nada.  Al final y como en la más pura de las muertes, para ella no habrá más. Espero ese día.


viernes, 4 de noviembre de 2011

Verso Libre

Escribiendo para el hombre de hoy
recordando el pasado,
porque es lo único presente
que no miente.
Busco palabras frescas
como flores de acuarelas
como tierra mojada en espera
como blusa en primavera.
Busco en la madera
en el nudo y en su huella
en su aroma y en su muerte
la belleza duradera.
Sigo buscando,
mientras la polilla perfora el cuello
de mi abrigo de oro en el ropero
y el mate filosofal se esconde,
tras el especiero,
el verso ahora corre libre
en la hoja del cuaderno
atrapando palabras al vuelo
contento y esperanzado
que el poeta ignorante lo atrape
y lo guarde bajo su brazo,
que lo muestre y lo esconda,
lo levante y lo arrastre,
que lo aplaste con su libro
y que lo manche con su lápiz
y que al final lo libere
sin causar ningún desastre.



lunes, 24 de octubre de 2011

Confieso


Confieso que a veces escucho canciones esperanzadoras,
que escribo para convencerme de mi palabras y no para que me crean
confieso que mi pena la enterré bajo la raíz de un árbol
que no tengo tristeza y que rio solo por dentro.

Confieso que miro tu boca, mientras escribo en mi libreta
y que sé, me estas mirando y que te preguntas que hago
confieso que la mayor parte del tiempo miro por la ventana
y confieso que me pesa el alma mas en las mañanas.

confieso que quiero escribir versos de corrido
sin detenerme a pensar oscuro
le confieso a tu boca
que la miro
y que mi verso la toca.


viernes, 21 de octubre de 2011

Otra Tarde

Ahora, miro el teléfono y sé que llamarás antes que sienta girar esta historia. Debes llamar. Llama antes por favor. El escritorio esta frio, el café se enfrió también y ya no me gusta su aroma, pienso en eso para no pensar en tu llamada ni en estupideces, el calendario marca diez de octubre, el sol cae tras el edificio y yo no puedo parar de pensar en ti, la idea del café frío, el atardecer y el calendario me recuerda el tiempo que pasa y tu llamada no llega. Ni si quiera te imaginas cuanto se alargan las horas en mi oficina. Juego con el lápiz y escribo un poema cotidiano que me avergonzaré de mostrar. El reloj no avanza y el teléfono no suena.




Hoy te estuve esperando, ahora camino hacia el metro el sol ya no está. En mis audífonos chillan voces que finalmente arranco de mis oídos, estoy cansado, busco un par de miradas bajo los paraguas. A veces quisiera no pensar en ti. Creo que hoy no leeré Benedetti y mañana te volveré a esperar más tranquilo.



jueves, 13 de octubre de 2011

Vergüenza

Me avergüenzo
del patético y cursi  y rebuscado verso
en el adverso y en el reverso.

De poseía, que carecía
Y carece y no crece
y rima como canción
de nación sin revolución.

Me revuelve la entraña
de rima y de araña
de poesía extraña          
y patraña.

Vomitada,
volcada sin revisión
pensamiento sin sumisión,
de rabia sin sentido
de hablar sin amigos
contigo.



Duende de Escritorio

Busca palabras en el diccionario
para nombrar al viento

para calcular la rima
no miento.

Rebusca en las hojas amarilla
y en su escritorio
y en la canastilla
mentiras
que no entiendo.

Urde palabras desconocidas
arcaicas y desvalidas
busca el duende el acertijo
yo solo lo escucho,
pero no lo siento.

No miento
Y no entiendo.



viernes, 7 de octubre de 2011

Los Colores


Late mi sien
de un tiempo triste
el cielo llora un momento,
pero al final entiende.          

Que heredo la sangre
de un amoroso pueblo.

Entiende,
que tengo llenos los ojos
marcados de sonrisas,
de esperanza llena mis manos
abiertas y sencillas.

Sabe,
que tengo al viento y la luz
el dolor y el amor
que tengo tanto
y que no quiero más.

Entiende que tengo,
esperanza, paciencia y conciencia
de un latir en lo profundo
y un mirar en tu recuerdo.

Entiende  al final el cielo
y deja de llorar
ahora viven los colores
que me enseñaste
amar.

Ahora viven los colores
que me enseñaste
amar.


En la Higuera


"Una niña juega a recordar arriba de un árbol, una preciosa higuera es su felicidad.  En las raíces están sus sueños de niña princesa, en lo profundo de esas raíces están sus recuerdos de infancia sin tiempo. Cada grieta del tronco del árbol, recuerdan como cicatrices los caminos a lo alto de las ramas, su sonrisa entre las hojas se dibuja junto a sus bellos anhelos.  No le fue fácil llegar allí a recostarse entre sus ramas a escuchar los zorzales que le cantaban solo a ella.  No le fue fácil llegar a ese lugar, a sentir cuando el viento cantaba con las grandes hojas su nombre.  Lucía. "...


jueves, 22 de septiembre de 2011

Tiempo

A veces creo que se ha detenido mi conciencia, para dar paso al destiempo, se ha detenido el sentir escrito no a voluntad, pero si bajo la obligación inconsciente e increíble a la que me veo sometido a cada tiempo o destiempo, pareciera perderse ese elemento misterioso y codiciado, prefiero pensar que ese tiempo, ese sin fin de horas acabadas una a una,  no se han perdido sino simplemente gastado. No quiero resultar iluso en pensar en detenerlo. 
Ahora que escribo esto, me detengo  un instante y pienso en cuales  podrían ser  las cosas que detienen mi tiempo y  la verdad se me ocurren solo cursilerías, nada en serio que me convenza.
En definitiva, el tiempo siempre pasa y se gasta o se pierde.  Pasa cuando me siento frente al mar a ver romper cada ola distinta, y el mar ya no es el mismo a cada  segundo. Si miro el río que corre, y el agua ya no es la misma a cada instante. El viento arranca una delicada hoja seca, y el árbol ya no es el mismo; un pájaro pasa, y el cielo ya no es el mismo, nada detiene el tiempo.  Cada uno se encarga de gastarlo, usarlo a su antojo, y perderlo.  
Yo perderé el tiempo pensando en él. Perderé otro poco escribiendo cosas que no se leerán.  La arrogancia de creer que mis teorías explicarán alguna vez algo, está muerta, porque me desanimo al pensar que todos mis pensamientos cambiarán y todas mis teorías serán destruidas por mi mismo en un par de años o en un par de horas. Leo mi libreta donde escribí algunas cosas y ya no estoy tan de acuerdo con lo que escribí en ese minuto y muchas cosas que escribo me parecen tontas y cursis.  Al parecer, el tiempo podría arreglarlo todo y también arruinarlo todo.
El calendario se pone amarillo en la pared y en la otra pared, el reloj marca con más de una aguja, su incesante y redondo camino, los cuadros llenan de polvo sus historias en blanco y negro que hablan de épocas que sin más que hacer y dolorosamente se convirtieron en pasado.  El tiempo se desarma mientras las nubes avanzan, se desarman y se vuelven a armar, y las vidas avanzan o retroceden debajo de la nube en el mundo cíclico y fractal. El ciclo se cumple cien veces más, el puntero marca otra vez las tres y media, y espero el siguiente ciclo cuando florezcan de nuevo los aromos.
Santiago, Septiembre 22 del 2011


martes, 13 de septiembre de 2011

En la Línea

Piso la línea del comienzo
 se despedazan las palabras
y espero que caiga los trozos
bajo un cielo que fue estrellado.

El olvido ha hecho su jugada
la soledad respondió con la misma letra
miro el camino andado, busco
y vuelvo mi mirada al recuerdo
y presiento
aunque no quiero
que el fin se acerca,
lento.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tiempo Muerto

Tras la piedra vacía fría
de una lucha clínica  
camino cabizbajo
buscando el lugar , el preciso lugar
ansiado  y utópico, enfermo
al final siempre llego adentro,
siempre más simple de lo que se cree,
siempre más cerca de lo que se busca.

Está tras el corazón enrejado
y el grito negro, acallado y consiente  
está tras la prisa y la demora
de una justicia,
mísera justicia ausente
ciega e inerte
loca e inocente
llena de humos y fuegos muertos,
llena de pesadillas de sol ardiendo.

Tras de ti y la pintura en la muralla
busco y encuentro tras la  rama arrancada
arrojada a la suerte de una llama ensangrentada
busco en una nube  y en la barricada
débil e impotente,
 fuerte y contradictoria.
Siempre ardiendo en el reflejo
de las manos furiosas
hermosas.

Allá atrás, están mis negros ojos
rojos de humos grises,
buscando el momento
húmedos y gastados, tristes y furiosos.

Esperando paciente y en silencio,
acompañando al latido de la sien.

Viviendo el minuto, del aliento fecundo.

martes, 23 de agosto de 2011

Mantel


Revienta una copa de vino y sal
y se demora y se derrama en la confianza
aísla el pensamiento antiguo
mancha la claridad.

Rojo el mantel, 
muestra ahora la soledad
ella que es hermana de la traición
y a veces,
enemiga de la verdad.


miércoles, 13 de julio de 2011

Viejo Perro

Al mirar a la esquina esa tarde, vi gente que miraba hacia “Toro de Zambrano”, yo llevaba dos marraquetas dentro de una bolsa plástica bajo mi brazo, un cuarto de comida para ti y mi humor de día sábado de primavera en mis patas de gallos y mis juanetes. Iba a tomar once a la casa, tú eras el único que estaba invitado.
A veces pienso que estoy un poco loco al hablar contigo y más todavía escribir como que hablo contigo, esquizofrénico dijo el doctor la semana pasada.  Ni si quiera sé, qué trata esa enfermedad, pero entre la hipertensión, la diabetes y la artrosis y a esta altura, me da lo mismo lo que diga el matasanos, al final de algo hay que morir.
Bueno como te contaba, miraba hacia la esquina y de repente, a lo lejos escuché tambores y trompetas y en eso mismo, una patota de cabros chicos corrió doblando la esquina, tú  saliste detrás con  tus amigos y corrías por la calle rápido y como asustado, yo intenté apurarme, pero como siempre entre más me apuraba, parecía que menos avanzaba. Me llegó a dar calor mi apuro, lo que me recordó que ya no es tiempo de tanto chaleco grueso y el hueso de mi cadera derecha me recordó también mis setenta y dos años.        
Llegue a la esquina y mire allá hacia el semáforo y vi un lienzo escrito con letras rojas, anunciando la ruidosa alegría de esta época.  Esa época linda cuando los árboles se cubren de hojas y gorriones y el sol entibia el suelo y un poco también los ánimos, pareciera que todos andan de mejor humor, todo huele a aromos y acacias en flor. Te has dado cuenta en el aroma que se respira en esos días. ¿Será en todos lados igual?, yo de patiperro como tú en todos mis viajes, no he sentido ese olor en otro lugar, parecido pero no igual, bueno quizás la edad le da esa habilidad a uno.
Cientos de personas avanzaban lentito por “Estrella Polar” hacia mí, yo me quedé en la esquina y te grité un par de veces más, pero tú ni siquiera te diste vuelta. Y ya en la esquina comenzaron a pasar frente a mi, varias jóvenes con celestes y pequeñas faldas llenas de vuelos blancos que se movían al mover sus caderas y sus piernas tersas y brillantes, se movían con gracia bailando, aplanando el pavimento mojado y manchado de pintura blanca. Las palomas volaban arrancando del entramado de cables y ramas de árboles desordenadas, arrancaban del retumbar de vientos de bronces y bombos. Sonaba un pito y yo lo buscaba en las bocas de los bailarines y luego, miraba los cascabeles en las botas de los caporales, pisan fuerte el suelo, a mi me dolieron las caderas solo mirarlos. Y tú te me perdiste, perro de porquería, ¿Dónde te habías metido?
Que preciosas eran las sonrisas de las muchachas que me miraban a los ojos y yo me sonrojaba por dentro. ¿Las vistes tú?
Después de los bailarines, venían los músicos, todos de blanco y sombrero negro.  En mi vida no le había puesto tanta atención a como sonaba la tuba, ahora estaba a dos metros y pucha que es importante ese instrumento.  Me hubiese gustado haber aprendido a tocar alguna de esas cosas. Yo estaba metido en las teclas de las trompetas y la tuba y en eso, unos ojos preciosos tras un antifaz rojo con plumas, escarcha y lentejuelas plateadas, me miraban alegremente. Me encanta cuando los ojos sonríen. Luego un muchacho joven giraba una matraca y me sonreía también.  Puse mi bastón bajo el brazo y me puse a aplaudir ¡Mierda!  Trataba de seguir el ritmo con las palmas, pero es difícil con esos ritmos tan rápidos.  Tú sabes que yo escucho tango, los partidos y la “Cooperativa”.  Que vas a saber tú.    
Otra patota de niños paso por al lado mío, tenían todos cara de juguete y su sonrisa era extraña, yo creo que ellos no se daban ni cuenta de su felicidad, a mi me hacia feliz verlos así, con sus caras pintadas.
 ¿Escuchaste los tambores? En un momento sentí que mi corazón le seguía el ritmo   y que marcaba el paso de la  fila interminable de esas bellezas. Había poleras que llevaban marcadas palabras y frases muy sentidas, letras que denuncian las injusticias de siempre.  Yo creo que podemos decir, que aún así, con todas esas injusticias colgando del cuello, aun así con todo lo que nos han hechos, con todas las cagas que se han mandado, todos los políticos, empresarios y todo aquellos que nos han comido un poquito de pulmón. Aun, con todo eso, somos felices y ¿sabes por qué? viejo perro.  Por qué queremos y tenemos tiempo o nos damos el tiempo para hacerlo.  La felicidad perrito lindo, muchas veces es una decisión que hay que tomar.  Y cuando no se tiene tiempo, no se puede ser feliz.  Esos señores pueden tener poder y dinero, pero muchos de ellos no tiene tiempo para disfrutar, porque están ocupados de obtener más poder y dinero.
 Ver a los niños y sus rostros pintados de colores vivos, parecen reflejar en la lentejuela de sus ojos, la razón de todo este movimiento.  Me acordé de mis tiempos con eso, de todas mis marchas y los zapatos que gasté, y la rabia y todas las chuchadas que grité al viento.
Me decidí a escribir y a contarte esto, me siento acompañado ahora, papel y lápiz necesito y que tú me escuches. Viste huevón, si estoy loco.  Me acordé de mis tiempos, donde me las daba de escritor y creíamos con mis amigos que podíamos cambiar el mundo.  Fueron buenos tiempos.  Mis recuerdos son con cariño y no con pena, ni menos decepción. Porque, en ese minuto cuando sonaba la zampoña y un chinchinero giraba entre la gente que sonreía y aplaudía, cuando los gritos de los tinkus y sus trajes de hilos y lanas tejidas con paciencia de pueblo ancestral bailaban agachaditos. En eso se me cayó una lágrima por dentro de la garganta y me di cuenta que en algo cambié el mundo.  En realidad, cambié mi mundo, porqué se lo entregué a los demás. Cambié mi mundo interior, porque me siento feliz de haber hecho lo que hice, de haber marchado por lo que marché, de haber estado en las tomas que estuve.  De entregar lo que entregué, y que mi mano derecha no haya sabido y no sepa, lo que hizo la izquierda.
Cuando escuchaba al hombre que con un megáfono gritaba versos que rebotaban en el ladrillo, me acordé de los poemas y libros que quemé por miedo, en los tiempos oscuros, me pregunto qué hubiese pasado si hubiese mostrado todo lo que escribía clandestinamente, pero ahora escribo y no tengo nada que perder,  mi mundo ya cambió, mis hijos están mayores y tienen sus propios hijos, ellos deberán cambiar el mundo de nuevo. Ahora disfrutare un rato el placer de escribir los recuerdos para que alguien más los lea, me aprovecharé del placer de contar historias y  esperaré escribiendo el otro carnaval y tú mi amigo ¿Me acompañarás? ¿Al menos un ladrido? ¿Tienes ganas de cambiar el mundo o de escuchar las viejas historias de un viejo como yo? ¿Qué pasa viejo perro?


lunes, 13 de junio de 2011

Montaña y Luz

Montaña luz y tierra estrella
de sabiduría colmada amada
de rincones oscuros secretos,
del viento, susurro y llamada .

Olvido tu nombre tenue sol
la sombra esconde lo negro
mella mi pierna el escalón
y la colina mira el reto

Montaña desierta de rencor
frondosa de fuerza y frío,
mi corazón late en la sien
y mi piel se transforma en río.

Nieve eterna amargo sabor
tú no entiendes del dolor
ni conoces del mal amor
yo si entiendo tu misión.

Cima y  mi pregunta ahora
bajo la nube de la duda que llora.
¿Porqué sigo, resisto y respiro?
tu  respuesta es mi fusil
y me rebelo a morir
sin vivir.



miércoles, 1 de junio de 2011

Desde el Otoño

El incesante barrer de hojas del jardinero en otoño, me hace recordar el pisar de hojas en el bosque de eucaliptos, donde jugábamos a construir refugios, cazábamos pequeñas ranas en el estero y mirábamos con algo de temor los hongos gigantes que crecían a la orilla en las paredes húmedas de aquel mágico lugar.
El sigue barriendo, mientras el viento suave y no muy amigo, sigue botando interminables hojas cafés, amarillas, anaranjadas y rojas.  El tiene un par de audífonos, la música o lo que escucha parece tenerlo inconsciente de la existencia del viento que hace llover hojas.  Quizás tenga la esperanza que el viento pare o la verdad le importa poco, mientras sigue con su mecánico e infinito movimiento.  Su traje azul con franjas verdes reflectantes y su pelo cano,  rompen el paisaje de su barrer inútil.  Tiene un montón de hojas secas que le llega casi a la cintura, su herramienta de barrer no para de moverse y noto que ya no es tan mecánico su barrer, es más bien rítmico, distingo a penas sus labios y su bigote blanco se mueven como en una canción.  El tiempo se detiene, el viento también, ella llega y yo paro de escribir en mi libreta, él nunca sabrá lo que escribí.  
      



Llamada a la Inspiración

Lento crece el musgo en el frio oscuro
mientras el gato me mira con cinismo,
 guardo una hoja roja,  en el quinto libro
de un recuerdo negro  tras el muro.

Miro al cielo de otoño blanco y negro
y la letras se despojan de aperos viejos
me nace una palabra bajo la sombra nueva
sin temor a mirarme al espejo roto.

Me nace un sonido y rabota en el ladrillo
la música es suave con el viento de amigo
mientras  sueño con la piedad de un beso
escribo cuatro versos sin más sentido.

Escribo para que escribas en mi sien
versos para que rimen sin olvido
y que el eco del sentido mujer
traiga e inspire el destino vivo.



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