miércoles, 30 de octubre de 2013

Desde la Primavera, en el Chile en Colores

Unos cincuenta o quizás un poco más trabajadores,  entre barrenderos, basureros, auxiliares de aseo,  gritaban hoy fuera de una de las municipalidades más ricas del país. Las Condes.   Lo más probable, aunque no lo podría comprobar, es que ninguno de ellos vive en esa comuna.  Lo más probable es que ellos vivan en comunas periféricas y pobres como: La Pintana, La Florida, Puente Alto, Quilicura, Renca.  Creo que todos se levantan muy temprano y tienen que subirse a la micro (me cuesta decirle Transantiago) o al metro para viajar más de una hora apretados y aun costo monetario que claramente es caro para el tipo de servicio y para sus miserables sueldos.  Al llegar, tienen que ponerse sus uniformes fluorescentes que a ratos siento que los denigra, los marca, como faros en las calles, diciendo persona trabajando, verdaderas balizas humanas anaranjadas, amarillas y verdes fluorescentes, overoles y chaquetas con franjas reflectantes y bototos de seguridad que pesan sus buenos kilos para aplanar mas el cemento y las baldosas pulidas de la comuna en cuestión.  Vestidos y armados de escobas y palas, recogen las colillas de cigarros pintadas con rouge carmín, los papelito  de chicle que como son chicos no importa que se caigan al suelo, las boletas y comprobantes del Redbanc, las latas y botellas de bebidas,  y las hojas, las benditas hojas que como hoy es primavera no caen, pero ya será otoño otra vez, las hojas secas que solo en las ciudades son consideradas basura.       
Uno  de ellos tenía un balde plástico y por el reverso lo golpeaba con un pedazo de palo de  escoba, su grito me resultó extraño, en un principio. De hecho me hizo caminar más lento para ver si había escucha bien. ¡Queremos la tele! ¡Queremos la tele! – gritaba mostrando sus pocos dientes y tratando de animar a los demás a gritar, quizás un par lo seguían, lo demás movían la boca casi sin emitir sonidos, pero claramente movían sus tristes cabezas como diciendo. Sí, también queremos la tele.  Otros un poco más alejados miraban la escena  y  un par,  mas allá sentados en una banca, cuchicheaban y reían quien sabe de qué.  Una mujer de pelo largo y cano, con sus ropas azules y reflectantes se movía con un cartel improvisado y de mala caligrafía que decía: “Señor Alcalde: Queremos Nuestros Sueldos, Nosotros trabajamos por plata.”  
   
Hasta este minuto no entiendo lo de “Señor” alcalde, tanto respeto y miedo a perder el precario trabajo, cuantos hombres y mujeres viejos.  Llenándose de arrugas la piel marcadas por el hollín de las micros y los autos Audi de la concesionaria, partiéndose las manos de los polvos de estrellas,  mientras el arribismo cruza las avenidas,  sembrando monótonos cafés en cadenas con pretenciosos nombres como Starbuck.  Ellos, los basureros y barrenderos, pulen las anchas veredas para que pasen altaneros los “ciclistas” raudos en sus preciosas bicicletas, que cuestan un sueldo anual de los que barren.  No entiendo lo de “Señor” Alcalde.   


Tampoco entendí eso de querer la tele.  Con el solo hecho de tirar un piedra a la moderna estructura cristalizada de la municipalidad, hubiese llegado la tele a mostrar los criminales que son los violentistas, subversivos, incitadores a la violencia y la policía, con su buen adiestramiento ladrarán con sus gases y sus aguas fétidas. Y ahí vendrá la pregunta. ¿Quién fue el primero en ponerse violente? O bastaba con tirar una piedra a sus vecinos el Hotel Ritz Carlton,  donde también se preocupan los mismo barrenderos de dejar limpias las calles, donde pasar una noche cuesta dos sueldos mensuales de un barrendero.  Limpiecito el frontis del lujoso hotel para cuando llegue algún diplomático o el cantante famoso, limpiecito y libre de la basura de panfletos electorales, que lanzan los comandos de los candidatos presidenciales y que no dicen nada más que sus nombres. Ellos los tiene que recoger con palas y escobas, como basuras que son. Solo dicen sus nombres, sus inolvidables nombres que al final del día, en la misma tele que ellos piden a gritos que llegue se haga presente,   en esa misma pantalla ofertan: Sueldos Dignos, un Nuevo Códigos del Trabajo, Pensiones Dignas y una sarta de frases en liquidación de temporada electoral.    Sin embargo el “Señor” alcalde, que para mi gusto de señor solo tiene el látigo del fundo, el muy “señor” alcalde no le puede pagar sus miserables sueldos a los barrenderos de Las Condes.  Y la tele no llega. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Cuando Termine

Cuando termine todo, cuando me vaya
y el ruego del beso llegue a la tumba

Volveré a este punto, justo a este punto
donde te escribí, donde te ame y te escribí.

Cuando termine  el tiempo y arrase todo el viento
retornaré aquí,  donde de tu hambre bebí.

Regresaré y destrozaré
las hojas de esta poesía
para matar el recuerdo de esos día, 

Quemaré las letras de estos versos
para enmudecer de una vez
al silencio viejo

Romperé las palabras de la estrofa
para aliviar de tus besos
a mi boca.

No pretendo seguir con esto
que me destroza la idea de tu ausencia,
tan solo la idea.



(*21/03/2013)   (Relacionado con “Cuando Me Vaya”   de marzo del 2013)

El Lugar de Siempre

Amo
este lugar
como al viejo árbol solitario
de barba y largo bigote
indigente y vagabundo
que torna toda la locura
en vida,
pero también lo odio
por injusto, indolente
mentiroso ,indecente
miserable y paciente. 

Lo soporto
o más bien lo soporté
porque no me quedó otra
porque no se puede elegir
porque ahora que lo pienso
mejor
el está en mi.




(* A la Legua, Agosto 2013)

Escapada

Me rebelo ante la estupidez de tu pensar de ventana cerrada, de tu estupidez fascista, sin sentido, injustificada y burda. 
Escribiré en documentos escondidos todo lo que quiera, textos que jamás verás, y pensarás que has puesto un grillete, pero mi palabra vuela, mi palabra corre y mi palabra te enfrentará tarde o temprano.
Caerás por tu peso enorme del karma de tus palabras y el de tus acciones.  O caerás por mis acciones.
                Podré escribir mientras piensas en cómo manejarme, en cómo controlarme, entenderás mis palabras, pero no las leerás nunca, crearás que cerraste toda ventana, pero puedo salir de aquí cuando quiero y convertido en lo quiera, puedo salir tras la reja estúpida que pusiste, con mi mente y transportarme a lugares donde tu imaginación no alcanza.  Seguirás leyendo tu propias ideas de visión egocéntrica… yo aprenderé de ti. No serás un maestro ignorante, solo podrás ser un anti maestro, me enseñarás a como no actuar, a como no hacer las cosas, a como no entender a los demás, me enseñarás al egoísta y el valor de la generosidad.  Podré aprender de ti y hacer la escuela que necesitaba, la escuela negra del discurso vacío sin acción, de la acción en constante movimientos sin consecuencia, sin coordinación entre lo que se piensa, se dice y se hace.
Sacaré mi rabia y dejaré mi conciencia en la mesa, para que entierres los cuchillos que quieras e intentes clavar en mi alma tu palabra, que al no tener consistencia atravesara mi corazón acorazado, atravesará mis pulmones que respira ideas nuevas, que respira abierto al mundo.  No entenderé algo que no tiene sentido, lo ignoraré y podrás si quieres mutilar tu vida en construcciones vacías, pero mi mente, no moldearás.
Sé que te preguntas lo que escribo tan rápido, escuchas las teclas claramente.  No tienes idea.


(*Rescatado de archivos  del 2011, Terminado en Octubre 2013)

Amarrado

     Yo no tengo como explicar lo que veo, sé que estoy en un edificio alto cálculo un piso diez,  hay una ventana donde puedo calcular la altura por que veo un parque a la distancia, y alcanzo a ver un par de copas de árboles que parecieran grande por la distancia. Veo un edificio que en su azotea tiene una manga blanco y rojo, de esas que indican la dirección del viento, puede que exista un helipuerto allá arriba.  Estoy amarrado con cinta adhesiva a una silla con ruedas, ya probé varias veces gritando a ver si alguien me escuchaba, el edificio está en construcción y la ventana da al parecer hacia a cordillera.




* 29 Junio 2011, Santiago

martes, 8 de octubre de 2013

Mar de Indiferencias

Un mar de indiferencias
pareciera que ya nos conocemos
yo hago el esfuerzo, pero no llego a puerto

Quizás fue contigo que dormí aquella vez
o puede ser que tú, la conozcas a ella
esto último es más probable
yo solo me acuerdo de la noche
y de sus lágrimas ennegrecidas en sus ojos

Ahora la dibujo en mi mente con un tenue grafito
me acuerdo de sus ojos oscuros y húmedos
de su boca delineada por un lápiz labial
aceitoso dulce de aroma
perfume,  
alcohol
nuestras ropas  olían a una mezcla
de fresias, tabaco y quizá pimienta negra
a veces, siento ese olor en la calle
y levanto la cabeza y lo busco
para encontrarla
o para encontrarte
no sé

¿De dónde vienes tú?    

Miro tus ojos, pero no tienen el brillo de los de ella
espero nunca leas esto, creo que te enojarías
pero algo me recuerda tu rostro
pero no llego a puerto
no llego

Ahora estoy dudando, que si en realidad te he visto antes
tu última mirada
me mantiene en la duda
y sigo intentando recordar

Creo que tu, ves lo mismo que yo
o al menos algo parecido
te sonríes y cuando levantas la taza de café
me miras y sabes que te sigo mirando
tratando de recordar
de donde te conozco
si es que en realidad
te conozco


Creo, te estoy asustando
te dije que hay un mar de indiferencias
entra tu mesa y la mía
hay un abismo de indiferencias
entre tu mesa y la mía
no son diferencias
esas son sorteables
estas son indiferencias

Son solo un par de miradas
yo solo escribo
no creo que crucemos palabras
otra vez, si es que alguna vez
hubo una primera palabra,
son solo un par de miradas
tu sonríes, coqueteas
yo te miro te sonrió
pero es solo eso
un par de miradas,
las últimas

lunes, 7 de octubre de 2013

El Lugar de Siempre

Amo
este lugar
como al viejo árbol solitario
de barba y largo bigote
indigente y vagabundo
que torna toda la locura
en vida,
pero también lo odio
por injusto, indolente
mentiroso ,indecente
miserable y paciente. 

Lo soporto
o más bien lo soporté,
porque no me quedó otra
porque no se puede elegir
porque ahora que lo pienso mejor
el está en mi.



Frágil

Guardo,
el sonido de tus palabras
entre las ruinas devoradas
por los pastos y ortigas,
la fragilidad del recuerdo
del último sueño en las mañanas,
la noche oscura de mis memorias          
y unas cuantas otras cosas mas
escondo.

Asumo que miento
sobre todo para no causar daño,
asumo que me miento
para parecer normal en general,
asumo a mi enemigo
que soy yo mismo, los jueves
asumo y confieso
que respiro a veces más de la cuenta
asumo que hoy, no soy tan árbol
soy más pájaro de piedras afiladas
con las rodillas cortadas
con el estomago acorralado
de miedos y tripas

Así vivo
entre el silencio inalcanzable
y la verdad de la noche y niebla,
entre las contradicciones
naturales del respirar dentro
de los que no mata,
frágil y poderoso
como una canción de protesta
frágil
como los hilos de una marioneta
soñada un segundo antes
de un largo desvelo,
frágil
como el sonido de una nube
desarmándose a la distancia,
como el agua calma,
como el espiral del vapor
frágil
como la palabra,
como el tiempo en éxtasis,
como eso que ocurre al final
cuando se trata de amar.
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