lunes, 23 de noviembre de 2015

Hombre bicentenario

Camina el hombre bicentenario, con su traje liso que refleja el sol con un color titanio, plateado con un matiz dorado. Una mochila cuadrada plateada en la espalda, cromados sus cierres. Zapatos de cuero café impecables o imitación, sin ninguna arruga. Camisa blanca bien abotonada, ni una mancha. Pelo blanco cano, más bien gris ahora que lo veo mejor, ahora que lo recuerdo mejor, pelo gris engominado todo hacia atrás, aerodinámico pienso ahora. Su piel un poco morena, mucho sol, solárium o maquillaje oscuro, casi combinaba con sus zapatos. Debí sacarle una foto ahora que lo pienso, pero sería invasivo, le consideraría una falta de respeto. Además caminaba tan recio entre los jacarandaes y los letreros publicitarios, que parecían flores plásticas de la selva de hormigón armado, caminando entre los espejos de edificios altos del Chile en colores, entre los verdes plásticos y las piedras de plumavit. Además quién soy yo para molestarlo, solo me recordó al hombre bicentenario, al fina’o Robin William y Asimov.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Somos

Somos hombre y mujer de palabra
Compañeros de palabras
Las palabras construyen realidades dicen algunos
Pero también se las lleva el viento dicen otros
Hoy firmamos un papel
Un texto con muchas importantes y necesarias
Palabras a veces

Pero nosotros estamos inventamos un lenguaje nuevo
O más bien estamos aprendiendo un lenguaje nuevo
Que en realidad parece ser más viejo que nosotros
Y se muestra muy sencillo a ratos
Es como el lenguaje de los pájaros con las olas  
O como el dialecto de los vientos y de los ríos
Lleno de acciones emociones caricias
Y otras cosas que no le hemos puesto nombre
Porque las palabras no alcanzan
Y son difíciles de escribir en papel
Y difíciles de pronunciar porque no tienen letras
No alcanzan las letras
Para decir lo que sentimos

Mi deseo y el de ella
Que me lo transmite en  ese lenguaje nuevo
Es que todos ustedes hablen ese idioma

Porque
Son ustedes madres y abuelas las que nos enseñaron a amar
Son ustedes familia la que nos enseñó a ser familia
Y son ustedes amigos los que no han enseñado a ser amigos

Queremos que reviente la alegría, que disfruten con nosotros felices
Que disfruten, que se miren a los ojos entre las llamas de las velas y que sonrían
Que se enamoren más,  que se quieran más,
Que se mantengan unidos
que siempre se puede más

Y que eso
que sienten en este preciso instante
dentro en lo profundo de su pecho   

es solo una palabra de ese lenguaje nuevo. 


10/10/2015



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