martes, 17 de mayo de 2011

El Anti Discurso de un Constructor Inseguro

Ciudad Nueva, 30 de Febrero del 1002

Estimados señores creativos creadores, artistas contemporáneos y de los otros, arquitectos de ideas ingenieriles, señores no pensantes sino sensibles e ideas afines, señores de las artes del lenguaje común y del rebuscados, señores y señoras presentes pensantes y viceversa, jóvenes inquietos y revolucionarios biológico-genéticos, amigos y amigas educadores actualmente en contradicción con sus egos o que lo estarán en el futuro, señores; constructores todos.      
No me he detenido a pensar, sino que he pensado mientras trabajo, he reflexiona acerca de nuestra tarea y he llegado a un fin inconcluso, estoy pensando que: el pensamiento libre y de batalla interna primero, es lo que más se necesita para nuestra tarea.  Necesitamos cuestionar nuestros discursos siempre. Para que cada vez sean más cercanos a la verdad de nuestros pensamientos más internos.  Debemos clarificar nuestras eternas dudas por siempre, para no equivocarnos nunca.  Ahora si nos equivocamos, siempre lo podemos reconocer, siempre los debemos reconocer, yo reconozco que me equivoco muy seguido y que cada vez que me dirijo en un discurso me equivoco y este, no será la excepción.  Si amigos y compañeros de tareas constructoras, todo puede ser replanteado, rehecho, repensado una vez que descubrimos el error y si no descubrimos los errores de todas formas lo podemos rehacer, podemos reconstruir siempre infinitamente. Hasta las verdades de cada uno de ustedes se pueden rearmar. Se pueden destruir todas sus teorías, se pueden derribar todos sus mitos, con tal de construir otros más bellos o más feos.  El constructor de este mundo en eterna edificación, debe ser cauto y entender que la verdad que lo explica todo, la verdad terminada, acabada, concluida, no existirá ante sus ojos, siempre estará en constante evolución e involución, como una torre de babel inmensa y eterna que nunca llegará a la sabiduría suprema absoluta, porque sabemos que perderemos el leguaje común, porque sabemos que hablaremos en distintos idiomas y grandes columnas caerán, mientras nos volvemos a poner de acuerdo  para volver a comenzar y construir nuevas paredes y puertas.  
Sabemos, que aun así con esas dificultades, podemos seguir escribiendo, pintando, pensando, esculpiendo nuestro nuevo mundo posible.  En todos los lenguajes inventados por el hombre y por supuesto por la mujer. Construiremos por la simple razón de ser, por la simple razón compleja de pensar, sin más ánimo de ser y construir, por la simple razón.  Porque siempre será más difícil y desafiante explorar construir, que simplemente destruir y quedarse sentado a la orilla de la historia, a ver como cae la torre o la ventana de otros. 
Para seguir construyendo debemos derrotar los absolutos, los concretos, los totalitarismos, los negros y blancos.  Debemos tapar el sol con dos dedos, debemos mirar de cabezas, las esculturas humanas y divinas, miraremos el reverso de los cuadros que están en nuestras paredes y leeremos entre líneas los cuentos y poesías nuevas y antiguas. Para poder ser muy buenos constructores, debemos ser muy buenos destructores también.
El pensar libre debe permitir que mi discurso de constructor inseguro,  pueda ser derrotado, que mi ignorancia pueda ser revelada en todo momento, que los grandes sabios puedan crucificarme por no aprender rebuscadas palabras y aprender de todas las teorías de verdades máximas, deberán enseñarme con manzanas y limones a destruir mis ideas libertarias y ustedes  camaradas, compañeros y colegas, amigos y hermanos, también tratarán de destruir mis ideas.  
La gramática, la dialéctica y la retórica, deberán ser grandes hermanas del nuevo constructor, pero también la acción, porque de que sirven los planos de nuestros castillos de arena, de que servirían nuestras ideas en nuestras cabezas encerradas sin liberación, de que servirían nuestros sentimientos y emociones sino se plasman en el arte, de que sirve este arte sino quiere sanar a otros y a nosotros.  La retórica de la imagen y de la obra,  la dialéctica del baile y de la danza, la gramática de la música, de la arquitectura y del debate, todas ellas.  Serán nuestra pala y nuestro cincel.
El pensamiento amigos constructores, debe ser liberado y atado a esa libertad, el lenguaje debe ayudarnos a esta liberación, el lenguaje escrito y el hablado.  El lenguaje del arte y del silencio, el arte del lenguaje y el pensamiento.  La utilidad del arte debe ser discutida, tanto como la utilidad del lenguaje, tanto como la utilidad de discutir, tanto como la inutilidad de este discurso.
Mis argumentos para estas teorías, deberán construirlos o destruirlos ustedes en el pasar de sus trabajos, este discurso no tiene mas fin y utilidad que ser, que crear y crear otras creaciones, no se argumenta ni se sostiene en nada más que un pensamiento contradictoriamente sarcástico o sarcásticamente contradictorio, la verdad no lo sé.
Por último señores contradigo todo aquello que yo pude a ver dicho hoy, si desde aquí se toman para crear una verdad completa o máxima.
Buenas noches.        
          

lunes, 16 de mayo de 2011

Quédate y Critica

Quédate, siéntate
sumérgete en tus libros eternos
de conocimientos vacios.
Aplica tus teorías de verdades inmersas
en abismos profundos,
juega con tus barcos de papel
en el charco de tu conciencia,
y finalmente refuerza tus castillos de arena,
con mas arena.

Critica, ríe
Sin tener propuesta
que supere tu ego hermoso.
No tengas miedos
a  mis palabras vacías ni a ninguna
siempre estarás arriba
superior inalcanzable
de ideas perfectas
y de amores podridos.

Duerme, sueña
El perro rabioso aunque no lo veas,
existe y te espera,
el hambre está comiendo
a la vuelta de tu endeble muralla,
el sonido de la maquinas
romperá tu tímpano sordo.
Y finalmente te atrapara tu palabra no dicha,
en silencio.

Incrédula

Camila me dijo que no podía ir a mi casa, porque tendría que pasar por la cocina y  ya eran más de las seis y estaba ocupada, nadie podía pasar.  Yo extrañada le pregunté ¿Y quién es tan importante, que no podemos pasar?  Los duendes me dijo, apuntando con su dedo a la cerradura.  Yo incrédula sonriéndome en la cara de ella, miré por la cerradura y no me creerás pero, vi a uno encima de una mesa, medía unos treinta centímetros y estaba atravesando con un clavo oxidado a otro duende más pequeño y que chillaba muy agudo mientras sangraba verde. Después ambos miraron hacia la puerta, como sabiendo que yo estaba ahí y sentí que se reían de mí.  Se aceleró mi respiración y sentí que la sangre subió a mi cabeza, mis manos temblaban, no me podía mover.  Iba a gritar pero, Camila me tapo la boca, por que según ella los duendes se enojaban si nos sorprendían espiándolos, no pregunté nada más, solo quería salir de allí. Discúlpame, nunca ante creí esas historias que contabas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

La Calle de la Verdad

Con ritmo trepidante de mis piernas,
recorreré la calle larga de la sinceridad,
para apaciguar el ánimo untado
de temblorosos pensamientos,
que son para mi alma,
incesantes y dinámicos ríos de ideas nocturnas
diáfanas  y  traslúcidas, indescriptibles en letras.

Prescindo de la idea de subirme a la vereda
caminaré por la calle en luz y penumbra,
recogiendo colillas quemadas amarillas,
y tomando  piedras de belleza momentánea.
Amontonaré tus ideas también y las guardaré
hasta que exploten bajo mi sombrero negro.
Atesoraré la canción de una hoja en caída libre.

Me acompañara un  perro, negro rabia
de intensiones oscuras, pero de ojos miedosos.
aglutinaré todos los saltos de sus pulgas
en el bolsillo de mi chaqueta junto a la peineta.
Ordenaré mis amores en el susurro del viento,
mientras ladra mi compañero, a las musas a veces
y a los estorbos absolutos siempre.

Caminando la encontraré, al doblar la esquina
En el gol del juego de un niño valiente
Y en tu idea que explotará mañana al alba.
En el color real de la piedra a la luz
y en la rabia que como pulga, pica mi corazón.
En el amor de la madre, en el viento que sopla
el cabello de su hijo con su risa música.

La verdad está escondida de mis ideas,
pero hemos hecho un pacto eterno.
Yo la seguiré y ella ese esconderá
de por vida, perpetua y blanca.
Y yo la seguiré  por su  calle,
atrapándola a ratos,
olvidándola a veces.


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