jueves, 9 de marzo de 2017

MADE IN KOREA

Miles de toneladas de rocas explotadas, desmembradas de la roca madre, arrancadas de los intestinos redoblados de las minas,  extraídos de las profundidades del oscuro túnel.   Transportadas por gigantes atlantes hacia los lugares más alejados del mundo, dejando una estela negra de combustibles oscuros y hediondos, en un largo camino de ida.  Explotadas luego las materias primas, con sudores mal pagados, en otros continentes, en otros idiomas, alargadas las materias como cables, aplastadas como placas, en todos los tamaños y formas.  Materias primas finitas, recursos naturales no renovables, metales preciados, todos ahora productos de alto estándar con valor agregado.  Pagaron impuestos en 6 países distintos,  algunas coimas en las aduanas, en dólares, euros o pesos.   Sumaron los costos de internación más de una vez.  Agregaron seguros de viaje, a las mercaderías, a los transportes y a las personas.  Pagaron timbres, estampillas, intereses, reajustes, boletas, facturas, papelerías y basureros.   Ingresaron fichas electrónicas en sofisticados aplicaciones o software.   Se tranzaron en los mercados. 
   
Los productos terminados fueron embalados, forrados en plásticos derivados del petróleo, envueltos en cajas creadas con cartones,  derivadas de la tala indiscriminada de bosques nativos, que hoy ya son plantaciones industriales. Transportado de vueltas a Chile por aire, mar y tierra, ensuciando con otra estela de desperdicio y explotación.  Los productos terminados: rocas con metal,  convertidas ahora en pequeñas piezas, de computadores, televisores, cables, cargadores, piezas de vehículos, electrodomésticos, maquinaria industrial, tecnología de punta, herramientas de última generación, recuerdos turísticos, entre otros.




***



Una pantalla vieja de computador es arrojado a la basura,  junto a las frutas podridas de la feria del domingo. Ahí pareciera esconderse el aparato, en medio de una torre de cajas de cartón, pasa desapercibida porque está amarillenta, desgastada, es muy ancha para las modernas pantallas planas de hoy, es muy aparatosa, muy grande pero su cristal pequeño de 12 pulgadas aprox.  Debe ser MADE IN KOREA.
  


     Un delgado hombre joven que busca en la basura, la encuentra y la patea. Luego la toma con sus dos manos por sobre su cabeza, y la lanza fuerte contra el pavimento, mojado de líquidos extraños. Saltan algunos pedazos de vidrio, plástico, líquidos y fruta podrida, se abre un poco la pantalla. Patea con sus zapatillas rotas, con rabia, con energía. No le importa que la gente lo mire con mala cara, que los perros le ladren asustados. No quiere pasar desapercibido, no le interesa el ruido, ni el que él produce, ni el otro. Ahora toma un palo, con sus dos manos y le pega con fuerza a la pantalla tres veces. Le pega en las partes plásticas para abrirlas, la acomoda para encontrar su parte débil y darle otro par de golpes. Consigue abrirla un poco y le mete en medio el palo, para hacer palanca. La abre retorciendo el plástico, apretándose los dedos. Saca de su mochila un alicate y tironea los cables de cobre, patea y apalea un par de veces más, saca más cobre. Le darán algunos pesos por el metal. Dinero que él transformará en algún cigarro o un pito de marihuana, o en una marraqueta con jamonada, que para este caso da lo mismo.

Lago TitiCaca - Puno-Perú . 2017

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