Los rostros tienen muchos colores. Tienes
rincones amarillos, ribetes verdes, recovecos naranjos, puntos rojos, sombras cafés
y negras, azules y violetas. Lo que les da el color es el clima, también el grosos de la piel y su transparencia,
la oscuridad de la sangre que llena las venas y arterias que cruzan por sus
rostros, los vellos de la cara, las aperturas de los poros y los lunares. Las manchas de sol, hielo y edad. Los surcos, las arrugas, la sequedad o la
crasitud. La cantidad de melanina producto
de la herencia genética y la vergüenza y quizás cuanto más, sin contar el
maquillaje. A propósito de maquillaje,
se deben considerar en detalle la boca. Las
bocas. Las bocas tienen distintos volúmenes, algunas son carnosas otras secas, otras
rotas, marcadas con cicatrices de peleas antiguas, pintadas con labial sexy, manchadas de tabacos, alcohol y besos. Algunas tersas y deliciosas. En lo
personal, podría mirar siglos su humedad
y los delicados pliegues que tienen,
para saber cómo imitar el color y la textura con el pincel o a veces, con mi propia boca.
En esta ocasión no hablaré del sabor eso es otro fragmento. Otras bocas son chuecas, deformes y
arrugadas. Distorsionadas y enfermas,
mentirosas, calumniadoras, pecadoras y oradoras a la vez. Son hermosas, cuando cantan una canción o
cuando besan, o cuando se entre abren despacio en el clímax, y a la vez cierran
los ojos. Los ojos. Los ojos son todos distintos, complejos, son
difíciles de mirar. Hay que tener suerte para mirar ojos sin ser vistos. Las configuraciones que los componen son
huellas únicas, a veces inverosímiles, también están los que mienten, esconden
y traicionan. Los colores de los ojos son
particulares, pero hay que estar muy cerca para verlos bien. Pocas cosas pueden imitar su brillo. Todos
brillan, salvo los que ya no tienen vida. Brillan y reflejan tu propio ojo
cuando los miras. Debes
entrenarlos, debes mirar, debes ver los
colores. Sin que te vean. Sin que te vean, porque te puedes enamorar de una mirada, de una boca o
de su piel. Te convierte en polilla y te
estrellas cuando brillan.
Fragmento de artista (2 de 5)
30.05.2019
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