Guardo,
el sonido de
tus palabras
entre las
ruinas devoradas
por los
pastos y ortigas,
la
fragilidad del recuerdo
del último
sueño en las mañanas,
la noche
oscura de mis memorias
y unas
cuantas otras cosas mas
escondo.
Asumo que
miento
sobre todo
para no causar daño,
asumo que me
miento
para parecer
normal en general,
asumo a mi
enemigo
que soy yo
mismo, los jueves
asumo y
confieso
que respiro a
veces más de la cuenta
asumo que hoy,
no soy tan árbol
soy más
pájaro de piedras afiladas
con las
rodillas cortadas
con el
estomago acorralado
de miedos y
tripas
Así vivo
entre el
silencio inalcanzable
y la verdad
de la noche y niebla,
entre las
contradicciones
naturales
del respirar dentro
de los que
no mata,
frágil y
poderoso
como una
canción de protesta
frágil
como los
hilos de una marioneta
soñada un segundo
antes
de un largo
desvelo,
frágil
como el
sonido de una nube
desarmándose
a la distancia,
como el agua
calma,
como el
espiral del vapor
frágil
como la
palabra,
como el
tiempo en éxtasis,
como eso que
ocurre al final
cuando se
trata de amar.
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