Muere el pez en un charco de lluvia y duermo
mientras la guitarra derrama notas como gotas
disueltas en colores celestes de cielos y nubes
como lágrimas llenas infinitas de amor y dolor.
Gira el mundo y los peleadores van al ruedo
desfilan en un sinfín de ideas inútiles sin acción
mientras las cuerdas entonan la débil canción
de la muerte cabalgando, un jinete y su velo.
Gira otra vez y yo devuelvo,
la comida, la cena y el almuerzo
las palabras de algún muerto
que me habla mientras duermo.
Gira y una piedra envuelta,
entre piel, venas y músculo
como el cáncer en un sueño
como la mosca en una flor.
Se detiene,
para de girar y yo despierto
sobresalto y espero calmo
que el latido detenga el trueno
y que la realidad siga en sueño.
4 Abril 2012
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