tu pensar de tiempo esquivo
sumado a lo incomprendido
y lo no dicho.
Luego,
besé tu palabra y tu reproche
toque tu mano
y las estrellas muertas,
desaparecieron en besos de apuros.
Besé tu silencio y tu gemido
toqué tu risa y tragué tus lágrimas
bebí del deseo amor
escondido y clandestino
chasquido de luz y sueño
del beso en tu cuello
que confunde a la palabra
y el pensamiento muere
fallece
a un costado del sentir,
vivo amando.
Diente de Leon. Parque Isabel Riquelme |
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