Olor a tierra mojada
de mis mañanas contigo,
sin pensar, ni hablar
y sin abrigo.
La tierra me habla de ti,
conmigo
y mi país de pájaros
se vuelve nido.
La lluvia huele a café,
frazadas y camino
escucho el charco y el ladrido,
de un perro manco
sin amigos.
Las piedras muestras sus colores
mientras yo camino,
y ahora pienso,
lo que aún no te escribo.
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