Miles de
toneladas de rocas explotadas, desmembradas de la roca madre, arrancadas de los
intestinos redoblados de las minas, extraídos de las profundidades del oscuro
túnel. Transportadas por gigantes
atlantes hacia los lugares más alejados del mundo, dejando una estela negra de
combustibles oscuros y hediondos, en un largo camino de ida. Explotadas luego las materias primas, con
sudores mal pagados, en otros continentes, en otros idiomas, alargadas las
materias como cables, aplastadas como placas, en todos los tamaños y
formas. Materias primas finitas,
recursos naturales no renovables, metales preciados, todos ahora productos de alto estándar con valor
agregado. Pagaron impuestos en 6 países
distintos, algunas coimas en las
aduanas, en dólares, euros o pesos.
Sumaron los costos de internación más de una vez. Agregaron seguros de viaje, a las mercaderías, a los transportes y a las personas. Pagaron
timbres, estampillas, intereses, reajustes, boletas, facturas, papelerías y
basureros. Ingresaron fichas
electrónicas en sofisticados aplicaciones o software. Se tranzaron en los mercados.
Los productos
terminados fueron embalados, forrados en plásticos derivados del petróleo,
envueltos en cajas creadas con cartones, derivadas de la tala indiscriminada de bosques
nativos, que hoy ya son plantaciones industriales. Transportado de vueltas a Chile por
aire, mar y tierra, ensuciando con otra estela de desperdicio y explotación. Los productos terminados: rocas con metal, convertidas ahora en pequeñas piezas, de
computadores, televisores, cables, cargadores, piezas de vehículos,
electrodomésticos, maquinaria industrial, tecnología de punta, herramientas de
última generación, recuerdos turísticos, entre otros.
***
Una pantalla
vieja de computador es arrojado a la basura,
junto a las frutas podridas de la feria del domingo. Ahí pareciera esconderse el aparato, en medio de una torre de cajas de cartón, pasa desapercibida porque
está amarillenta, desgastada, es muy ancha para las modernas pantallas planas de hoy, es
muy aparatosa, muy grande pero su cristal pequeño de 12 pulgadas aprox. Debe ser MADE IN KOREA.
Un delgado hombre joven que busca en la basura, la encuentra y la patea. Luego la toma con sus dos manos por sobre su cabeza, y la lanza fuerte contra el pavimento, mojado de líquidos extraños. Saltan algunos pedazos de vidrio, plástico, líquidos y fruta podrida, se abre un poco la pantalla. Patea con sus zapatillas rotas, con rabia, con energía. No le importa que la gente lo mire con mala cara, que los perros le ladren asustados. No quiere pasar desapercibido, no le interesa el ruido, ni el que él produce, ni el otro. Ahora toma un palo, con sus dos manos y le pega con fuerza a la pantalla tres veces. Le pega en las partes plásticas para abrirlas, la acomoda para encontrar su parte débil y darle otro par de golpes. Consigue abrirla un poco y le mete en medio el palo, para hacer palanca. La abre retorciendo el plástico, apretándose los dedos. Saca de su mochila un alicate y tironea los cables de cobre, patea y apalea un par de veces más, saca más cobre. Le darán algunos pesos por el metal. Dinero que él transformará en algún cigarro o un pito de marihuana, o en una marraqueta con jamonada, que para este caso da lo mismo.
Lago TitiCaca - Puno-Perú . 2017 |
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