A ellos,
los normales
de siempre
los que
dictan las reglas
los que
dicen que sí y que no
aquellos
amables
correctos de
siempre
esos de
doble moral
que se
asquean con la marihuana
cuando están
en público
pero que se
acostarían con mil y una putas
a escondidas
en las
noches cobardes
para mañana hablar
de la
importancia de la familia
y la indecencia
de los vicios
A ellos,
les digo que
yo no soy un rebelde
se reirían de
mí
aquellos rebeldes
de verdad
me río yo
mismo de mi
Yo no soy ningún
de esos
no moriré como
Víctor
ni como Dalton
soy más como
un Pedro,
me crucificarían
de cabeza
si es que
fuera necesario
Ni si quiera
soy tan valiente
para suicidarme
como la Viola-violenta,
más valiente
es mi sombra
ella se
estira larga
entre las piedras
filudas
y
acantilados de mentiras
o encima del
asfalto hirviendo
de aguas
estancadas
en la cuneta
y la basura
Escribo en
la oficina
mientras creen
que trabajo
y rayo
dibujos por la parte de atrás
en las cartolas
del banco
No soy
ningún rebelde
opino porque
tengo boca
y desde el
sentido común
esto último es
fácil
inténtenlo
No soy nada
de eso
que ustedes
piensan
pero si, respiro
profundo
profundo
hasta que me
da una puntada en la costilla izquierda.
Quizás en
algo tengan razón,
tampoco soy
normal.
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