Llamo
a la única semilla,
al Dios
antiguo,
al que da
verdadera vida,
sin castigos,
mas que
surcar arrugas
en mi frente
quemando la piel del tiempo
Al que construye
castillos en
las rocas
paraísos en la explosión de un brote
infiernos en
los molinos de vientos
al que levanta
almas
en las ventiscas
blancas
y al que mata todo
cuando ya es
tiempo
Oh, padre sol
¿Cuánta vida
nos queda?
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