Camina el hombre bicentenario, con su traje liso que refleja el sol con un color titanio, plateado con un matiz dorado. Una mochila cuadrada plateada en la espalda, cromados sus cierres. Zapatos de cuero café impecables o imitación, sin ninguna arruga. Camisa blanca bien abotonada, ni una mancha. Pelo blanco cano, más bien gris ahora que lo veo mejor, ahora que lo recuerdo mejor, pelo gris engominado todo hacia atrás, aerodinámico pienso ahora. Su piel un poco morena, mucho sol, solárium o maquillaje oscuro, casi combinaba con sus zapatos. Debí sacarle una foto ahora que lo pienso, pero sería invasivo, le consideraría una falta de respeto. Además caminaba tan recio entre los jacarandaes y los letreros publicitarios, que parecían flores plásticas de la selva de hormigón armado, caminando entre los espejos de edificios altos del Chile en colores, entre los verdes plásticos y las piedras de plumavit. Además quién soy yo para molestarlo, solo me recordó al hombre bicentenario, al fina’o Robin William y Asimov.
lunes, 23 de noviembre de 2015
viernes, 13 de noviembre de 2015
Somos
Somos hombre
y mujer de palabra
Compañeros
de palabras
Las palabras
construyen realidades dicen algunos
Pero también
se las lleva el viento dicen otros
Hoy firmamos
un papel
Un texto con
muchas importantes y necesarias
Palabras a
veces
Pero
nosotros estamos inventamos un lenguaje nuevo
O más bien estamos
aprendiendo un lenguaje nuevo
Que en
realidad parece ser más viejo que nosotros
Y se muestra
muy sencillo a ratos
Es como el
lenguaje de los pájaros con las olas
O como el
dialecto de los vientos y de los ríos
Lleno de
acciones emociones caricias
Y otras
cosas que no le hemos puesto nombre
Porque las
palabras no alcanzan
Y son
difíciles de escribir en papel
Y difíciles
de pronunciar porque no tienen letras
No alcanzan
las letras
Para decir
lo que sentimos
Mi deseo y
el de ella
Que me lo transmite
en ese lenguaje nuevo
Es que todos
ustedes hablen ese idioma
Porque
Son ustedes
madres y abuelas las que nos enseñaron a amar
Son ustedes
familia la que nos enseñó a ser familia
Y son ustedes
amigos los que no han enseñado a ser amigos
Queremos que
reviente la alegría, que disfruten con nosotros felices
Que
disfruten, que se miren a los ojos entre las llamas de las velas y que sonrían
Que se
enamoren más, que se quieran más,
Que se
mantengan unidos
que siempre
se puede más
Y que eso
que sienten
en este preciso instante
dentro en lo
profundo de su pecho
es solo una
palabra de ese lenguaje nuevo.
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